miércoles, 27 de octubre de 2010

Pienso que me adora una y me quiere otra y después nadie me adora y yo adoro a todos pero no adoro a nadie. Y hablo con todos pero nadie me oye y siento a todos y no siento a nadie. Y estoy rodeada de gente pero estoy sola. Necesito entonces, salir del bullicio, y me voy. Me voy pero mis pies no se mueven, se va mi alma y se queda el cuerpo; un cuerpo vacío, hueco, que está presente, sin vida porque el alma se fue. Se fue el alma a sentarse sola, en medio del parque; se fue el alma a pensar en todo y en nadie, a sentir lo mismo que en el cuerpo. Me rodea confianza, pero desconfío de ella. Y mi mejor amiga es mi enemiga que se va con mis compañeros; y yo sonrío, sonrío por fuera, mas no por dentro, y mi sonrisa, en los labios del rostro, es una lágrima seca y hueca en los ojos del alma. Pero sigo así, no, no puede pensar en todos, ni sentir a todos ni hablar a todos porque no pienso, no siento, ni hablo a nadie ni en nadie.

Graciela Pernas Martino

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