Se trataba de mirarnos
y sentirnos.
De besar
y acariciarnos;
rogar que nuestros cuerpos
no se separaran nunca.
Se trataba de aceptar al otro,
aceptar a uno.
Asumir nuestros miedos
nuestros fantasmas,
luchar contra nuestro orgullo.
Se trataba de abrir el alma,
la mente,
el cuerpo.
De querer cambiar(nos)
crecer,
reír y llorar juntos.
De alegrarnos en la penumbras;
de horas soñadas
y charlas de medianoche.
De recuerdos,
de copas y besos,
de sábanas y cuerpos.
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