miércoles, 22 de mayo de 2013

Tus palabras se clavaron 
como estacas
justo en el centro de mi alma.
Penetraron mi carne, mi cuerpo
se hundieron en mi pecho,
desenfrenadas
hirieron mi orgullo
abrieron un hueco.
Desenterraron los sueños,
las ansias de volver a verte.
Y ahora no puedo dejar de pensarte,
ni de sentirte,
ni de amarte.
No quiero volver a perderte
no quiero dejar de imaginarte
no deseo alejarme de vos. 
Pero ya todo sucumbió 
real
cruel 
y vos lo dijiste todo:
ya no se trata de intentar. 




¿Cómo no lo voy a intentar? 


No hay comentarios:

Publicar un comentario